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Columna opinión académico Juan Egaña: "Si quieres la paz, edúcate para la paz"

6 de Noviembre 2019

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A partir de las grandes manifestaciones ciudadanas del sábado 26 y domingo 27 de octubre en varias ciudades de Chile, algunos actores políticos han ido girando el discurso de las movilizaciones desde el legítimo descontento por la desigualdad que la administración del modelo socioeconómico ha generado en el país, por la preocupación por las acciones de violencia expresadas en saqueos, incendios, destrucción y daños tanto del espacio público como privado. La mayoría de los líderes políticos han condenado la violencia y han hecho sentidos y reiterados llamados a la paz, pero ¿qué es la paz?, ¿qué es la violencia?, ¿son conceptos tan obvios cómo para ni siquiera reflexionar sobre su significado y por ende lo que se quiere decir?.

Si quieres paz prepárate para la guerra

En occidente la idea de la paz ha estado planteada como oposición a la violencia o a su expresión más concreta y dura como la guerra. En el siglo IV en Roma, Vegecio enuncio su máxima Si vis pacem, para bellum, en el entendido que tanto la guerra como la paz están en polos distantes pero estrechamente ligadas al establecer que el mantenimiento del orden es la condición fundamental para evitar la guerra y si esta se llega a producir será entonces el mismo orden el que dispondrá de los recursos para hacerle frente. Esta noción de paz, que corresponde en propiedad a lo que se conoce como Pax Romana, fue evolucionando a lo largo de la historia y con el surgimiento de los Estados Modernos en los siglos XVI y XVII, filósofos políticos como Bodin, Hobbes o Locke establecieron la supremacía del Estado como encargado del orden y responsable del mantenimiento de la paz, disponiendo para ello de todos los mecanismos que la ley les entregaba, entre ellos el del monopolio del uso de las armas, la Pax Romana seguía imponiéndose como la definición de paz.

Durante la Guerra Fría, el poder de los Estados basado en el uso de la fuerza para mantener la paz se extiende a los vínculos entre países a través de la teoría realista de las relaciones internacionales, la carrera armamentista que se dio en la segunda mitad del siglo XX es un ejemplo de esa teoría llevada a la práctica. A fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI las ciencias sociales hicieron una fuerte revisión del concepto de la paz concluyendo, por lo pronto, que se trata de una condición mucho más compleja que la mera ausencia de violencia explícita como aun en algunos sectores se cree y que han proliferado en Chile en las últimas semanas.

En el contexto actual, es imposible apelar a la paz si no se está dispuesto a comprender que en la sociedad coexisten múltiples formas y expresiones de la misma y que responden también a distintas maneras de comprender su antónimo: la violencia.

El sociólogo noruego Johan Galtung propone que para alcanzar la paz, primero se deben dimensionar y reconocer las distintas expresiones de la violencia social que se entienden tanto en las manifestaciones observables a simple vista, como también aquellas que tienen su origen en la cultura y en lo simbólico y que en Chile son fácilmente apreciables en la exclusión, la discriminación, el racismo, la inequidad, la concentración del poder, la usura, la falta de acceso a la salud o la educación entre otras.

Es necesario que lo cientistas sociales pongan atención sobre esto y participen del debate público sobre la paz no aceptando el lugar común o la tradición histórica de la violencia directa como único tipo de violencia y entendiendo que la paz no es la mera supresión de aquella. El imperativo ético es investigar sobre las causas y raíces en todas sus dimensiones si es que de verdad se aspira a una sociedad de mayor diálogo, colaboración y respeto en la diversidad.

 Fuente: https://www.elquintopoder.cl/politica/si-quieres-la-paz-educate-para-la-paz/

Publicado miércoles 06 de Noviembre 2019.