Columna de Opinión del Dr. Patricio Herrera en "La Quinta Emprende": Un pacto de productividad para cerrar brechas
“La productividad no es todo, pero en el largo plazo es casi todo”, es una de las máximas de Paul Krugman y de la teoría del crecimiento económico. ¿Qué duda cabe? A través de la historia económica industrial los países han desplegado sus mejores estrategias de competitividad, innovación y tecnología para producir bienes y servicios, permitiendo intercambios comerciales cada vez más estrechos y globales.
Chile, luego de la transición postautoritaria, ha tenido un desempeño económico “exitoso”, potenciando sus ventajas comparativas, desarrollando una institucionalidad política y económica que garantizó crecimiento, políticas macroeconómicas responsables, permitiendo organizar las prioridades en el modelo de libre mercado y cerrar brechas sociales, que lo han situado por dos décadas como el país en América Latina con mayor ingreso per cápita, menor pobreza y prolongada estabilidad política.
Sin embargo, al menos desde el 2010 enfrentamos problemas que nos están alejando de las cifras positivas. Caída en la productividad, menor inversión, insuficiente innovación tecnológica, colusión empresarial, precarización laboral, persistente desigualdad, agudos conflictos ambientales y un Estado minimalista. Todo lo anterior configura un escenario menos alentador, dado que la política económica –pública y privada – extravió la brújula para promover un desarrollo de largo plazo.
El estallido social primero, la pandemia después, han visibilizado la fragilidad de nuestro modelo económico y social. Retrocederemos en crecimiento, empleo y pobreza en un corto tiempo. Por tanto, la recuperación de nuestros registros “exitosos” ya no pueden seguir el recorrido de los últimos 30 años. El neoextractivismo y el rentismo ya tuvieron su ciclo de expansión, pero actualmente no son la respuesta para promover eficiencia económica, integración social y sustentabilidad.
Hoy carecemos de una estrategia económica que permita identificar dónde estará Chile en la próxima década. Pero a juzgar por la evidencia no muy lejos de nuestra actual posición. Si en el largo plazo la productividad “lo es casi todo”, entonces el Estado tiene que ser protagonista de las decisiones económicas que hoy descansan primordialmente en el mercado. Las empresas deben invertir más en I+D+i e incorporar los avances de la ciencia en sus procesos gerenciales y productivos. Las instituciones deben garantizar confianza y transparencia. La educación y formación profesional deben ser un polo de know how de innovación y cambio tecnológico.
La región de Valparaíso representa un importante polo de actividades productivas, concentradas en territorios que hoy se ven afectados por escasez hídrica, contaminación ambiental, sobreexplotación de recursos, alteraciones de la biodiversidad, desigualdad de ingresos, un mercado del trabajo informal en expansión y deficiente distribución de los servicios públicos. Rediseñar sus estructuras productivas requiere de una estrategia compartida por todos los agentes económicos, políticos y socioculturales. Ampliar la participación en la toma de decisiones es fundamental, para reemplazar un modelo lineal de producción (extraer, fabricar, usar y residuo/emisión) por uno sustentable (eficiente, resiliente, ciclo continuo y optimizando el valor). Es ahora el tiempo de avanzar con un pacto de productividad en esta dirección, para que en el corto plazo cerremos las brechas ambientales, territoriales y sociales.
LINK: Un pacto de productividad para cerrar brechas
FUENTE: La Quinta Emprende.
Publicado jueves 17 de Septiembre 2020.