Columna del Dr. Jorge Gibert en el medio digital "En La Fontana": Chile necesita urgentemente otra ciencia
Los indicadores de producción científica en los últimos 10 años en Chile son espectaculares. Incluso más que los resultados de la década anterior. La producción de “papers” ha pasado de 6.500 trabajos (2010) a más de 13.400 (2019) por año.
Esto significa que uno o más científicos, un grupo de investigación, han sido capaces de publicar en revistas científicas especializadas un texto, de entre 5 y 25 páginas, sobre resultados de investigaciones originales en más de 200 áreas del saber.
Es un logro extraordinario, sobre todo tomando en consideración que la cantidad de científicos por millón de habitantes es bajo y el presupuesto que Chile dedica a la investigación científica es una cifra equivalente a las donaciones privadas que recibirá el Massachusetts Institute of Technology (MIT) para fundar su Facultad de Inteligencia Artificial. Sin embargo, ¿cuál es el impacto?, ¿cuál es la utilidad de esta capacidad? Hay varias maneras de medir el impacto. Una forma directa es a través de las citaciones asociadas a esta producción.
Cuando el autor de un paper científico cita, hace referencia a otro paper, esto significa que el contenido del paper citado es interesante, principalmente porque aporta un hallazgo o un punto de vista original que cabe reconocer. Si tomamos este indicador, las citaciones están cayendo sistemáticamente desde el año 2015. Esto significa que la relevancia de los trabajos publicados es menor que hace 5 o 10 años.
Con todo, parece no ser un problema local, sino generalizado. La utilidad es más esquiva, pero es posible relacionar de manera indirecta con otros indicadores como el PIB o la calidad del sistema de educación superior. Se usa el PIB porque existe evidencia estadística robusta que indica que a mayor producción científica, mayor crecimiento económico. Esta evidencia también aplica para los países en vías de desarrollo. Como el crecimiento económico chileno ha sido mediocre en los últimos 20 años, se podría suponer que la utilidad de la ciencia en la economía es baja. El otro indicador es la calidad del sistema de educación superior. ARWU 2020, un prestigioso ranking mundial de universidades, sostiene que Chile tiene, de un total de 60 universidades, 4 dentro del grupo de las 1.000 mejores.
Alemania, con algo más de 110 universidades, ubica a 49 de ellas en el selecto grupo; mientras Sudáfrica, con 26 universidades, posee 9 instituciones entre las mejores del mundo. Sin importar el ángulo, el diagnóstico indica que algo no funciona.//ELF
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FUENTE: En La Fontana.
Publicado jueves 24 de Septiembre 2020.