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Lanzamiento del libro "En favor de una patria de los trabajadores. Historia transnacional de la Confederación de Trabajadores de América Latina (1938-1953)"

4 de Abril 2023

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Luego de 7 años de investigación, con dos proyectos Fondecyt, el profesor Dr. Patricio Herrera publicó el libro “En favor de una patria de los trabajadores. Historia transnacional de la Confederación de Trabajadores de América Latina (1938-1953)” editado por Imago Mundi-Argentina y El Colegio de Michoacán- México, 2022, que aborda el despliegue de una organización sindical continental en un período particularmente complejo desde lo geopolítico, ideológico y económico-social. En todos esos años hubo una guerra mundial, el desarrollo de modelos políticos totalitarios y una crisis de legitimación del sistema económico liberal.

Conversamos con el autor, quien señala que este libro es una reformulación de su tesis doctoral. Además, integra dos proyectos de investigación Fondecyt patrocinados por la Universidad de Valparaíso, que le posibilitaron las condiciones para dedicarse a desarrollar una investigación por diferentes países de América y así complementar aspectos del debate político y social de múltiples protagonistas del continente y trabajar nuevas fuentes de archivo y hemerografía del Caribe, Centroamérica y Sudamérica.

¿Por qué considera que este periodo es relevante en la historia de América Latina?

Este es un periodo de una permanente conmoción e incertidumbre. Desde 1929 hubo una crisis económica que puso en cuestión la apuesta por el progreso ilimitado, que se había anunciado desde el siglo XVIII. El surgimiento del comunismo, fascismo y nazismo confrontó a proyectos excluyentes y el impacto de dos guerras, Segunda y la Guerra Fría, no solo sumó millones de seres humanos muertos, degradados, desplazados y empobrecidos, sino que dio comienzo a un orden bipolar que se prolongó gran parte del siglo XX.

Si bien esta etapa en sí misma es interesante, también surge la tentación de iluminar algunas franjas de las historias de los seres humanos, para ver cómo se desenvolvieron en este periodo. En mi caso me motivó observar a los trabajadores del continente y a través de sus experiencias vitales y organización sindical, como fue la CTAL, interpretar y analizar sus programas, debates y luchas. Fue un periodo que se enfrentó desde el desamparo, pero también con esperanza frente al futuro, pues el escenario catastrófico parecía dar pie a un nuevo orden social. Los trabajadores se proyectaron en una nueva “humanidad”. De ahí surge en favor de una patria de los trabajadores, buscar un nuevo horizonte de vida espiritual y material.

¿Por qué la clase obrera fue tan relevante en la época que aborda su libro?

La clase obrera fue la protagonista de la historia del siglo XX. En sus demandas y organizaciones uno puede distinguir cómo se va transformando el campo de la ideología, el tejido social y los nuevos patrones de consumo, como resultado de la matriz económica industrial. Los totalitarismos del siglo XX vieron en el movimiento obrero su base de apoyo y la instalación de un relato de transformación material. Incluso se llegó a proyectar un nuevo tipo de ser humano. El Estado de Bienestar, la sociedad salarial, la cultura popular y de masas, la migración laboral, la politización popular, el crecimiento urbano y la expansión de los servicios, son todas cuestiones que están ligadas indisolublemente a la historia obrera. En el presente esto no es tan visible, porque muchas de esas conquistas del pasado, alcanzadas a veces con métodos de luchas que terminaron en masacres y otras menos estridentes, pero igual de efectivas, como la negociación y el consenso, son parte de esa herencia. Sin embargo, hoy son naturalizadas por todas las generaciones, como que todo es presente y sincrónico. Pero para alcanzarlas no hubo un proceso histórico lineal o mecánico. En el diseño y ejecución hay una construcción social de múltiples protagonistas y eso se funde en una relación dialéctica entre pasado y presente, que sigue prevaleciendo aún en la actualidad. Aunque lo digital nos represente, una realidad sincrónica, nada surge sin bases históricas.

 ¿Por qué tu libro aborda el concepto transnacional?

El Estadocentrismo ha marcado por décadas la historia social y política de América Latina. Pareciera que todo lo debemos comprender desde el cedazo del estado-nación. Mi interés fue buscar otra atalaya para interpretar la historia obrera del continente. En la lectura de cartas, telegramas, notas de prensa, informes sobre mítines o de embajadores, emisarios declarados y secretos, me fui dando cuenta que la historia de las relaciones obreras sobrepasaba el marco nacional. Ideologías, territorios, nacionalidades, etnia o rama económica no eran obstáculo para debatir o proponer estrategias de mejorar la calidad de vida de los obreros y obreras o instalar proyectos de reducir o eliminar el trabajo infantil, el trabajo forzado de campesinos o indígenas. En suma, me interesó retratar la circulación, los contactos, las reapropiaciones de los programas obreros, que debatieron en sus congresos, asambleas, con la política nacional e internacional. Es interesante constatar que los obreros propusieron planes muy elaborados para industrializar al continente, llevar a cabo reformas agrarias con transferencia tecnológica, controlar la inflación sin medidas populistas y favorecer el empleo formal, desarrollar programas sociales de salud, alimentación, educación, cuestiones que no se pensaron desde el Estadocentrismo sino desde una perspectiva transnacional. Todo esto lo voy narrando en mi libro.

¿Qué podemos aprender de lo que pasó en este período y aplicarlo en la actualidad?

Que la organización metódica y las convicciones son fundamentales para alcanzar los propósitos en materia política. Esto se extiende a todas las formas de organización en una sociedad democrática. Nada de lo que aconteció, en los 15 años que estudio la CTAL, fue conseguido por el azar. Todo tuvo planificación, diálogo, participación y estrategia. La CTAL llegó a contar con siete millones de trabajadores afiliados hacia 1946 y consiguió entablar agendas laborales y sociales con los Estados americanos, con organismos internacionales, como la Organización Internacional del Trabajo, la Unión Panamericana, o los sindicatos de Europa, Estados Unidos y Canadá, como por ejemplo con la Federación Sindical Mundial.

¿A quiénes está dirigido y pensado este libro?

Si bien es un libro con aparato crítico y rigor académico, pensé en un público amplio. La escritura y la comunicación de ideas entrelazan hechos y procesos que hacen que la narrativa sea fácil de seguir. Me interesa que la academia y la divulgación no sean incompatibles. El conocimiento atrapado en una comunidad científica es impropio con el avance superlativo de la tecnología. En una sociedad de la información y el alcance que está teniendo la inteligencia artificial es importante volver a humanizar el saber, dotarlo de sentido y resignificación desde las experiencias vitales. Qué mejor que repensar nuestras trayectorias y valorar que el presente no nace hoy, cuestión que parecemos dar por sentado. Este libro invita hacer ese alto, al diálogo pasado con presente.

FUENTE: Comunicaciones FACEA.