Llegando al segundo semestre del cuarto año de la carrera, inscribí el ramo práctica profesional, sin saber lo que el destino tenía para mí.
Fabiola estaba lista para recibirme en su próxima temporada de impuestos. Por lo que, comencé a preparar todo tipo de trámites para el viaje. El tiempo comenzó a correr, y no me daba aún realmente cuenta de todo lo que estaba a punto de pasar.
Llegó el día del viaje, estaba tranquila, debido a que mi familia me entregó su apoyo en todo momento. Si bien, estaba feliz de cumplir uno de mis sueños y realizar algo importante en el extranjero, sentía tristeza por dejar a mi novio en Chile.
Fue en el instante en que me despedí de mis seres queridos, cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo; viajando sola al extranjero a un país desconocido, hacia una cultura totalmente diferente a la nuestra, donde debía hablar otro idioma, lo cual me lleno de incertidumbre, nerviosismo y comencé a preguntarme si estaba haciendo lo correcto. Fue en ese momento donde tuve que convencerme a mí misma que soy una mujer fuerte, capaz de cualquier cosa que me propusiera. Me subí a ese avión llena de coraje, esperanzas y una mente positiva, dispuesta a enfrentar cualquier situación que se presentara.
Desde el momento en que llegue a Estados Unidos, Fabiola y su familia me acogieron de una muy linda manera, por lo cual siempre estaré muy agradecida.
Llegó el momento de trabajar y poner en práctica todo lo que la Universidad de Valparaíso y diversas experiencias de la vida me habían entregado en estos años. Los desafíos más grandes para mí fueron tener la personalidad suficiente y la inteligencia emocional para tratar con personas de diferentes culturas y de todo el mundo.
A pesar de la intensidad del trabajo y lo mucho que debía aprender en poco tiempo, pude contar con una excelente jefa y compañeras de trabajo quienes me entregaron todo su conocimiento con una gran disposición siempre. Por supuesto, al principio no fue fácil, sentía mucho miedo de cometer algún error, pero gracias a ellas logre avanzar mucho y saqué lo mejor de mí, para realizar de mejor manera mi labor.
No todo fue trabajo, conocí muchos lugares, entre ellos Orlando, Gatlinburg, Helen y Chattanoga. Además, disfruté de la exquisita gastronomía y de otras entretenciones como visitar el parque de entretenciones ‘‘Universal’’, el estadio de basquetbol del equipo Atlanta Hawks y soccer del equipo Atlanta United. También, tuve la posibilidad de conocer el museo de Coca-Cola y uno de los acuarios más grandes del mundo.
Cuando llegó el momento de regresar tenía sentimientos encontrados: Para una parte de mí, no sería fácil dejar a todas esas personas que me entregaron lo mejor de sí mismos y los lugares tan distintos que tuve la posibilidad de conocer. Pero por otro lado, tenía claro que pronto regresaría a mi hogar y al fin podría reencontrarme con mis seres queridos, a quienes tanto extrañé.
Pasaron varios meses y de pronto recibí una llamada de Fabiola White, entregándome una gran noticia; Quiere que vuelva a formar parte del equipo de trabajo de la temporada de “Impuestos 2018”, lo cual me llena el corazón de alegría y emoción.
Sin duda alguna, esta experiencia ha sido una de las más grandes e importante en la vida, me ha entregado muchas enseñanzas. Ahora sé que soy capaz de hacer cosas que antes no creía y lo más importante: “Es que cuando realmente se tienen las ganas y dejas el miedo atrás; Nada es imposible”.
Publicado Viernes 20 octubre 2017.